Cuando una persona agrede sexualmente a un animal es porque presentan un trastorno psicológico del grupo de las parafilias, un tipo de fantasías sexuales que se convierten en obsesión y que deben ser tratadas por profesionales.
Javier Estrada, asignado al departamento de salud mental de la Dirección de Salud Pública Municipal, comentó que la práctica de algunas parafilias como la zoofilia, lleva a la persona a conductas ilegales, en este caso porque se daña a un animal.
“Las parafilias vienen de una fantasía que se convierte en obsesión. Entonces, el sujeto no tiene control sobre ésta y lleva a cabo el acto encaminado a la satisfacción sexual”, externó.
Para que una persona presente este tipo de trastorno tuvo que haber vivido una situación que distorsionó el desarrollo natural de la sexualidad y requiere tratamiento.
A Javier Estrada no le ha tocado atender, dentro de las terapias psicológicas que ofrece, a personas con algún tipo de parafilia, pues por lo general, no acuden a solicitar atención profesional.