Desde hace meses, la sequía que se sufre a nivel nacional e internacional ya comienza a mostrar sus estragos en la frontera Norte, concretamente en San Luis Río Colorado y Baja California, en donde los mantos acuíferos de la región están sobreexplotados a pesar del agua que otorga Estados Unidos a México a través del Tratado de Aguas Internacionales.
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Para el productor Vicente Acosta Cid, el problema es sumamente serio y tal vez, en menos de diez años se verán las consecuencias de no actuar hoy en este problema.
“Es bien sabido de pleitos muy fuertes por el agua de San Luis Río Colorado que se quieren llevar a Tijuana, Baja California, y allá la están usado para la industria, no tanto para consumo humano”, opinó el productor quien también forma parte del Comité Pro Defensa del Agua.
Agregó que todos los organismos que manejan el vital líquido están involucrados y el propósito es vender el agua que se tiene asignada a México de mil 850 millones de metros cúbicos.
Expresó que un volumen correspondiente se entrega a San Luis, y está destinada al valle, sin embargo, la venden a la industria de Tijuana y Ensenada.
Indicó que si el agua fuera usada para las ciudades y el consumo humano, no tendrían mayores inconvenientes, pero no es así, hacen negocio al venderse a hoteles, maquiladoras, etcétera.
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“Ese es el problema que tiene el gobernador de Baja California Jaime Bonilla, hizo una secretaría del Agua estatal, para pasar encima de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y de todas las leyes que hay en la Ley General de Agua, se las quiso ‘agenciar’ para él; además, incluyó un artículo en que iba a ser él el rector del agua agrícola y eso es anticonstitucional”.
LOS MÁS AFECTADOS
Dijo que cuando se hacen recortes al agua, los principales afectados son los productores a quienes les recortan las cuotas de agua por segundo para el riesgo de sus cultivos, poniendo en peligro la producción.
“Pero a nosotros como agricultores, nos quitan el agua, ahora que se presentan las sequías, de 132 que estábamos, ahora anda por 115 litros por segundo, y eso equivale a se tiene que sembrar menos superficie”.
Mencionó que se trata de un problema muy complejo, que, si no se atiende ahora, dentro de algunos años se batallará en serio con el suministro del vital líquido.
Manifestó que la superficie sembrada ahora es menor a la que se tenía hace aproximadamente 10 años, si acaso como la mitad de ella.
“Si ahora decidiéramos sembrar esas tierras que ahora están abandonadas, no tanto por la falta de agua, sino por la falta de recursos, simplemente nos íbamos matar entre nosotros los agricultores, porque no habrá agua suficiente”.
Externó que todo el problema radica en que hay una mala distribución del agua que, aunado a la sequía que hay, la repercusión no se sabe cuándo se van a tener.´
“Yo siempre digo que en San Luis estamos en la gloria, porque no tenemos ‘tandeos’ como en Hermosillo, pero el día que los haya, quién sabe cómo nos vaya”.
El agua de San Luis se la llevan a otras partes, como Baja California, directamente para las industrias y no para consumo humano, pero a los agricultores se las reducen, y no les queda para regar sus cultivos.