Luis Valenzuela es un joven de 15 años de edad que durante esta cuarentena sanitaria por Covid-19 emprendió un negocio propio de venta de “raspados” y está por incluir en el menú “pirulines”, apoyado por su padre.
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El joven emprendedor se instala todos los días, de las 12:00 a las 20:00 horas, en la esquina del callejón San José y calle Independencia de la Colonia Aeropuerto, en donde coloca una mesa con variedad de sabores de raspados entre éstos fresa, vainilla, limón, ciruela, tamarindo y piña.
Luisito, como lo llaman cariñosamente sus familiares y vecinos, tuvo la idea de abrir una empresa como una estrategia para mantener su mente ocupada en este tiempo de receso escolar por la pandemia.
“Un día me levanté con ese proyecto en mente y se lo comenté a mi papá. Le pedí permiso para empezar a vender los raspados y me dijo que sí. De hecho, él me ayuda a preparar los sabores. No sabía cómo hacerlos, pero aprendió”, comentó.
Luisito acaba de concluir la secundaria y el próximo ciclo escolar ingresará al bachillerato ya que tiene interés por continuar sus estudios hasta llegar a la universidad para cursar la ingeniería en mecánica.
Por su parte, el señor Luis Alberto Valenzuela, papá del menor, manifestó orgullo por su hijo al que se refirió como un joven entusiasta y emprendedor que es un ejemplo para otras personas de su edad.
El padre de familia trabaja como jornalero agrícola en el valle. Sin embargo, se da tiempo de auxiliar a Luisito con la preparación de los sabores para los raspados, receta que tuvo que aprender a raíz de que su hijo le comentó que pondría este negocio.
Luis Alberto confesó que desde hace 4 años saca adelante solo a sus dos hijos, Luisito y una niña de 10 años de edad.
