Con la esperanza de mejorar su condición económica y buscar un mejor porvenir en Estados Unidos, el joven Jorge David González Hernández, de 17 años de edad, hace un par de meses llegó a esta frontera donde intentó el cruce ilegal, pero no logró su objetivo y ahora está haciendo malabares en los cruceros viales.
Jorge David salió hace un par de meses de Culiacán, Sinaloa, donde vivía con su mamá y su hermano mayor. Sin embargo, un día tomó la decisión de venir a la frontera con 5 amigos quienes una tarde, estando en su lugar de residencia, planearon cruzar la “línea divisoria” en busca del llamado sueño americano, pues familiares y amigos les han dicho que allá, en Estados Unidos, la gente tiene mayores oportunidades de trabajo y viven bien.
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Comentó que terminó el tercer año de secundaria y ya no pudo continuar en la escuela debido a que a los 15 años empezó a trabajar en el campo para ayudar a su mamá con los gastos del hogar. “Trabajé cortando berenjenas. Trabajaba de las siete de la mañana a las cinco de la tarde. El sueldo variaba, a veces ganaba 500 pesos al día, dependiendo lo que hiciera. A veces más, a veces menos”.
Sobre la travesía hacia Estados Unidos, David González contó que se aventuró acompañado de 5 amigos de Culiacán. Cruzaron por el poblado Los Algodones, Baja California, sin conocer la zona. Lo hicieron por su cuenta, sin pagar a un guía.
“Así nomás, nos arriesgamos, cruzamos por el desierto. Llevábamos nomás agua. Caminamos muchas horas, pero regresamos porque vimos a los policías, a la migra. Luego, otro día, volvimos a cruzar, pero nos agarraron. Un amigo que iba con nosotros sí alcanzó a cruzar. Él ya está allá, en Yuma”.
El joven David refirió que el cruce ilegal no fue una buena experiencia para ellos, por lo cual asegura que no lo volverán a intentar, pues temen perder la vida, sobre todo, por las altas temperaturas que se están registrando en la región, las cuales han alcanzado los 48 grados centígrados en este verano y se espera que aumenten más.
SE DEDICA A HACER MALABARES
Al no poder ir a Estados Unidos, los jóvenes decidieron quedarse unos días en San Luis Río Colorado, haciendo malabares con pelotas en los cruceros viales, personificando payasitos por lo que también aprendieron a maquillarse.
“Nunca había hecho malabares, es la primera vez que hago esto y me gusta, es una forma de ganarme la vida. Es mejor hacer esto que andar robando”, externó.
“De cruzar de nuevo (a Estados Unidos) mejor ni hablamos. Es algo muy complicado y nos dimos cuenta que arriesgas mucho la vida. Lo que quiero hacer es regresarme a Sinaloa para trabajar y algún día seguir estudiando, entrar a la prepa abierta es algo que pues sí, sí me gustaría”.
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Para concluir, el joven de 17 años manifestó que desde que salió de su casa ha estado en constante comunicación con su mamá quien en repetidas ocasiones le ha aconsejado que regrese con su familia, pues la calle representa un peligro.