El señor Florentino Jiménez ha vivido más de la mitad de su existencia en las inmediaciones del basurero municipal en donde, a pesar del panorama desolador que se percibe en este lugar, ha encontrado paz porque se mantiene alejado del bullicio de la ciudad.
Florentino Jiménez es un hombre de 71 años de edad que trabaja en el relleno sanitario ubicado al sur de la mancha urbana. Dijo que desde hace 40 años vive en el “dompe” (basurero municipal) en donde él mismo construyó su casa utilizando pedazos de madera y de lámina, así como otros materiales de desecho.
“Vivo en el dompe desde que el dompe estaba en la Nuevo León (avenida). Aquí trabajo, mira, antes pepenaba basura, plástico, aluminio, fierro, de todo, pero ahora ya nomás me dedico a ayudar a los carros particulares a descargar su basura y pues la gente me da propina, de eso vivo”.
A pesar de que Florentino carece de servicios básicos como energía eléctrica y agua potable, no anhela tener en su casa un aparato de refrigeración para soportar las altas temperaturas en verano, ya que considera que eso es una comodidad y lujo que solo algunas personas pueden darse. Agregó: “Los primeros pobladores sobrevivieron sin luz, sin agua, sin lujos, porque uno no va a sobrevivir ahora sin estas comodidades”.
En cuanto a que no tiene agua potable, dijo que, para bañarse, lavar su ropa y los trastes, extrae agua del canal de la mesa arenosa que está cerca de su casa, mientras que para beber agarra agua de un contenedor que está en el relleno sanitario y que es surtido por un grupo de estadounidenses.
“Aquí vivo a gusto, solo, tranquilo porque no tengo gastos, no pago luz, ni agua, ni renta y la ropa y los muebles los agarro del dompe. Me encuentro muchas cosas buenas, ropa de marca, cobijas buenas, casi nuevas. Antes comía de la basura porque los mercados grandes tiraban comida buena, frutas y verduras”.
Florentino desempeñó el oficio de sastre durante 40 años y hace 10 que dejó de dedicarse a confeccionar y reparar ropa. Ese trabajo lo combinaba con el de pepenador de basura como una manera de obtener mayores ingresos económicos.
En sus ratos libres, Florentino lee y escucha la radio en un aparato de baterías. “Me gusta enterarme de lo que está pasando en la ciudad y en el mundo por medio de las noticias que escucho en el radio y así, así me la paso”.
Por su parte, el señor Carlos Camacho, quien también tiene su casa en el relleno sanitario, señaló que vive aquí desde hace 4 años. “Yo hice mi casa con pedacería de madera, tengo un cuarto y un baño solo para bañarme, afuera hay una letrina”.
Todos los días, Carlos Camacho se levanta muy temprano para empezar a trabajar a las 6:00 de la mañana recolectando objetos que puede vender en las empresas recicladoras de plástico, metales, fierro y aluminio.