/ jueves 28 de noviembre de 2019

Human Drama alista un romance acústico con sus fans mexicanos

La agrupación afirma que se ha mantenido vigente gracias al apoyo de sus promotores y no de la industria musical

En la terraza de una habitación en un hotel de la colonia Roma, Johnny Indovina y Mark Balderas platican eufóricos. “Espera”, dicen antes de atender su entrevista con El Sol de México. Apenas un minuto después, la banda concluye su charla y se acomodan en sus sillas. Recién llegados a nuestro país, los integrantes de Human Drama se acomodan y ajustan sus lentes oscuros para iniciar la plática.

“Antes que nada, bienvenidos a México”, se les dice. “¿Bienvenidos? Pues si México es nuestra segunda casa, es nuestro hogar”, revira Balderas, el tecladista del grupo mientras abre los brazos y apunta hacia el cielo. Y no es mentira su aseveración.

Goo Ha-ra, cantante de K-Pop, dejó nota pesimista, afirman autoridades

A 30 años del lanzamiento de Feel, su álbum debut, Human Drama es considerada una de las bandas más icónicas dentro de la escena rock y el gótico. Con referentes musicales como Pink Floyd, Joy Division, Genesis o David Bowie, la agrupación californiana ha lanzado nueve discos de estudio y ha mantenido desde hace 25 años un “romance con México”.

“Este lugar ha extendido la vida de la banda”, bromea Indovina, el vocalista. “En Estados Unidos lo hacemos muy bien, pero luego venimos aquí y nos damos cuenta del gran número de fans que hay, así que consideramos que ellos extendieron nuestra carrera diez años o quizá más”.

Por ello, es que el grupo quiso hacer un regalo al público mexicano con un concierto Akústico que ofrecerán este viernes a las 20 horas en la Sala Nezahualcóyotl, lugar que conocieron hace ocho años.

“Por la vibra que sentí la primera vez que entré, supe que algún día tocaríamos ahí. No sabía de qué forma lo haríamos, pero fue una meta que surgió entonces, incluso antes de saber la importancia que tiene este lugar para el público, su historia… Era la vibra correcta para llevar nuestras letras al público”, afirma Johnny Indovina mientras agita su cigarro a la par de su mano derecha.

“Hemos hecho acústicos a través de los años, pero esta vez quisimos romper las canciones y volverlas totalmente íntimas”, interrumpe Balderas. “Sabemos que nuestros fans mexicanos conocen perfecto nuestras canciones, así que quisimos transformarlas para que escuchen las palabras perfectamente bien mientras suena el piano… me parece que va a ser una experiencia increíble”.

“¿De dónde surge esta necesidad de presentar su música de esta forma?”, se les cuestiona. “No hay ninguna necesidad, es más bien una oportunidad que quisimos darnos. No somos una banda que fácilmente pueda ser etiquetada como un grupo de rock, gótico, country o lo que sea, nuestra música encaja en situaciones como esta”.

“Para algunas bandas no habría diferencia en tocar ahí o hacerlo en el Auditorio BlackBerry o El Plaza Condesa –recintos donde el grupo también ha ofrecido conciertos–, pero nosotros podemos adaptarnos y hacer lo mismo con nuestras canciones. Nunca hemos sido una banda que suene como otra y no tenemos que hacer lo que hacemos, podemos elegir lo que queramos hacer”, afirma Indovina.

“¿Y qué tan difícil es llegar a ese punto donde una banda puede hacer lo que quiera?”. “¿Qué tan difícil es? Anda, díselo”, le echa la bolita Johnny a Mark Balderas. “No sé. Siempre hacemos lo que queremos, no pienso que sea difícil. Se trata de intentar ser mejores cada disco, ver qué podemos hacer para crecer siendo nosotros”, explica el tecladista.

Para lograr esto, el grupo tuvo que comprender que la industria musical no era un aliado: “Dejé de pensar en ella desde 1989, si hubiéramos esperado a que nos diera la mano, habríamos hecho sólo un EP y un disco. Así que no es importante para nosotros”, dice el vocalista del grupo lanzando un suspiro.

“No quiero generalizar, pero la industria musical se vino abajo hace mucho tiempo, no tienen capacidad para crear, solo gastan su dinero en quienes traen ese dinero de vuelta, en otras palabras, esto solo se trata de dinero. Así que no podemos pensar en la industria musical”.

El grupo afirma que su trascendencia por los años ha sido gracias a sus promotores musicales. “Pero, ¿la industria? La gente que está poniendo todo su dinero en la nueva Billie ‘Aislich’, o ,¿cómo se llama? ¡Ah, sí! Billie Eilish…Bueno, pues yo me siento más conectado a una persona que está construyendo un edificio al otro lado de la calle que con un artista de este tipo; es muy diferente a nosotros, así que no nos importa un carajo la industria, que se joda la industria”.

En la terraza de una habitación en un hotel de la colonia Roma, Johnny Indovina y Mark Balderas platican eufóricos. “Espera”, dicen antes de atender su entrevista con El Sol de México. Apenas un minuto después, la banda concluye su charla y se acomodan en sus sillas. Recién llegados a nuestro país, los integrantes de Human Drama se acomodan y ajustan sus lentes oscuros para iniciar la plática.

“Antes que nada, bienvenidos a México”, se les dice. “¿Bienvenidos? Pues si México es nuestra segunda casa, es nuestro hogar”, revira Balderas, el tecladista del grupo mientras abre los brazos y apunta hacia el cielo. Y no es mentira su aseveración.

Goo Ha-ra, cantante de K-Pop, dejó nota pesimista, afirman autoridades

A 30 años del lanzamiento de Feel, su álbum debut, Human Drama es considerada una de las bandas más icónicas dentro de la escena rock y el gótico. Con referentes musicales como Pink Floyd, Joy Division, Genesis o David Bowie, la agrupación californiana ha lanzado nueve discos de estudio y ha mantenido desde hace 25 años un “romance con México”.

“Este lugar ha extendido la vida de la banda”, bromea Indovina, el vocalista. “En Estados Unidos lo hacemos muy bien, pero luego venimos aquí y nos damos cuenta del gran número de fans que hay, así que consideramos que ellos extendieron nuestra carrera diez años o quizá más”.

Por ello, es que el grupo quiso hacer un regalo al público mexicano con un concierto Akústico que ofrecerán este viernes a las 20 horas en la Sala Nezahualcóyotl, lugar que conocieron hace ocho años.

“Por la vibra que sentí la primera vez que entré, supe que algún día tocaríamos ahí. No sabía de qué forma lo haríamos, pero fue una meta que surgió entonces, incluso antes de saber la importancia que tiene este lugar para el público, su historia… Era la vibra correcta para llevar nuestras letras al público”, afirma Johnny Indovina mientras agita su cigarro a la par de su mano derecha.

“Hemos hecho acústicos a través de los años, pero esta vez quisimos romper las canciones y volverlas totalmente íntimas”, interrumpe Balderas. “Sabemos que nuestros fans mexicanos conocen perfecto nuestras canciones, así que quisimos transformarlas para que escuchen las palabras perfectamente bien mientras suena el piano… me parece que va a ser una experiencia increíble”.

“¿De dónde surge esta necesidad de presentar su música de esta forma?”, se les cuestiona. “No hay ninguna necesidad, es más bien una oportunidad que quisimos darnos. No somos una banda que fácilmente pueda ser etiquetada como un grupo de rock, gótico, country o lo que sea, nuestra música encaja en situaciones como esta”.

“Para algunas bandas no habría diferencia en tocar ahí o hacerlo en el Auditorio BlackBerry o El Plaza Condesa –recintos donde el grupo también ha ofrecido conciertos–, pero nosotros podemos adaptarnos y hacer lo mismo con nuestras canciones. Nunca hemos sido una banda que suene como otra y no tenemos que hacer lo que hacemos, podemos elegir lo que queramos hacer”, afirma Indovina.

“¿Y qué tan difícil es llegar a ese punto donde una banda puede hacer lo que quiera?”. “¿Qué tan difícil es? Anda, díselo”, le echa la bolita Johnny a Mark Balderas. “No sé. Siempre hacemos lo que queremos, no pienso que sea difícil. Se trata de intentar ser mejores cada disco, ver qué podemos hacer para crecer siendo nosotros”, explica el tecladista.

Para lograr esto, el grupo tuvo que comprender que la industria musical no era un aliado: “Dejé de pensar en ella desde 1989, si hubiéramos esperado a que nos diera la mano, habríamos hecho sólo un EP y un disco. Así que no es importante para nosotros”, dice el vocalista del grupo lanzando un suspiro.

“No quiero generalizar, pero la industria musical se vino abajo hace mucho tiempo, no tienen capacidad para crear, solo gastan su dinero en quienes traen ese dinero de vuelta, en otras palabras, esto solo se trata de dinero. Así que no podemos pensar en la industria musical”.

El grupo afirma que su trascendencia por los años ha sido gracias a sus promotores musicales. “Pero, ¿la industria? La gente que está poniendo todo su dinero en la nueva Billie ‘Aislich’, o ,¿cómo se llama? ¡Ah, sí! Billie Eilish…Bueno, pues yo me siento más conectado a una persona que está construyendo un edificio al otro lado de la calle que con un artista de este tipo; es muy diferente a nosotros, así que no nos importa un carajo la industria, que se joda la industria”.

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