Desde hace más de 40 años, la televisión mexicana ha venido ofreciendo anime en su programación. Mazinger Z, Remi o Candy Candy son algunos de los títulos clásicos que las generaciones maduras recuerdan con facilidad.
Personas más jóvenes están identificadas con títulos como Dragon Ball, Los Caballeros del Zodíaco o Sailor Moon, pero todos con un rasgo que los identifica, su afición por las caricaturas japonesas, el anime.
“El anime ha sido parte de la vida de todos quienes hemos crecido. Desde hace 30 años lo veíamos todos en televisión abierta y era parte de la programación que había en la televisión”, explica Raúl González Bernal, director de marketing de Crunchyroll para Latinoamérica, la plataforma de streaming especializada en anime.
Es esta generación, que de niños y niñas veían la tele abierta las caricaturas japonesas, han impulsado su crecimiento. Primero fue con la televisión de paga, algunos canales que abrieron espacios para contadas series, hasta señales especializadas en este tipo de programas que surgieron en la primera década de este siglo.
De manera paralela, en internet comenzaron a intercambiarse archivos de video con los capítulos de las últimas series japonesas, aunque sin derechos de autor. La piratería comenzaba a apoderarse de este mercado.
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Pero así como la tecnología impulsó la piratería, también impulsó una manera legal de distribuir los contenidos de anime en el mundo, esto gracias al streaming, aunque no fue lo único.
“Creo que el efecto pandemia nos ayudó mucho también de que la gente revisara o que simplemente por curiosidad llegó, se puso a ver un poco más de contenido diferente y eso hizo que también tuviera una segunda explosión, vamos a llamarlo, dentro del consumo del anime”, comentó González.
Con todo el mundo encerrado en su casa, el año 2020 fue el de la explosión de los servicios de streaming. Las personas pasaban horas consumiendo contenido audiovisual en sus casas, y por fuerza llegaron al anime.
La pandemia se fue, algunos servicios de streaming se quedaron cortos de sus proyecciones, pero las caricaturas japonesas se quedaron en sus catálogos. Si quiere comprobarlo, dé una vuelta por la oferta de su plataforma preferida y más temprano que tarde encontrará al menos una recomendación de este tipo de contenido.
“Se ha modificado el consumo de contenido de entretenimiento a nivel general con todas las plataformas de streaming. Nosotros tenemos aproximadamente 10 años en el mercado, pero desde hace dos o tres años hemos puesto un poco más de fuerza para que el anime tenga puede llegar a una audiencia muchísimo más grande”, explicó González sobre Crunchyroll.
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“El crecimiento que ha tenido Latinoamérica ha sido increíble es una de las regiones que más crece a nivel global los fans que tenemos en México, Brasil, Chile, Argentina Colombia son fans fuertísimos”, añadió.
Según González, se espera que en la próxima década los consumidores de anime en streaming sigan creciendo, por lo que es de esperarse que la cifra actual 15 millones de suscriptores de Crunchyroll pronto sea rebasada de manera considerable.
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En el caso de otras plataformas también existe una apuesta importante por el contenido de origen japonés. Netflix, por ejemplo, es la productora de la serie live action de One Piece y también de Terminator Zero, una historia original estilo anime ambientada en el universo que creó James Cameron hace 40 años.
“El que el resto de los streamers de entretenimiento estén poniendo tanto interés en el anime es porque saben y ven que hay una oportunidad grande para poder tener otras alternativas de contenido y seguir construyendo. La otra que también es importante tener en mente el principal consumo del anime viene de la Generación Z, que es la generación un poco más joven y ese es el futuro. La oferta hoy es tan alta y tan rica que yo realmente veo muy complicado que eso sea una moda pasajera o que un par de años ya no tenga tanta fuerza, yo creo que al contrario”, finalizó González.
