Aunque Netflix llegó a romper muchos paradigmas, las series mexicanas que se exhiben en esta plataforma muchas veces parecen “telenovelotas” y no contenidos verdaderamente innovadores que se desmarquen de la tradición televisiva del país, asegura en entrevista con El Sol de México el productor Pablo Cruz, quien con su serie documental Las crónicas del taco triunfó en los James Beard Media Awards 2020, que son considerados los Premios Oscar del mundo gastronómico.
“Las series a veces se enmarcan en una continuación del género del melodrama y de la telenovela porque es lo que nos gusta, pero creo que tendríamos que romper ese modelo”, considera el socio y fundador de Canana Films, una de las productoras más importantes de México.
Para él, el error de muchas series es que, al menos en materia narrativa, son tan similares que es imposible distinguir una de otra.
“Con la imaginación que tenemos y todas las historias que podamos contar, no podemos seguir haciendo eso. Tenemos que llegar a esa historia que rompa paradigmas y que hagamos que los chinos se enamoren de ella. Yo no la he encontrado. Si la conociera, ya la estaría haciendo”, dice Cruz.
Las crónicas del taco se llevó el James Beard Award en la categoría de Mejor Programa de Televisión en Locación por haber resaltado la importancia cultural, histórica y gastronómica del elemento culinario más representativo de México. En seis capítulos, la miniserie cuenta el origen y el desarrollo de los tacos al pastor, de carnitas, asada, canasta, barbacoa y guisado. Todo esto a través de un viaje por Ciudad de México, Tlaxcala, Michoacán, Sonora y Estado de México.
Creada por el mexicano Pablo Cruz y producida por El Estudio, Canana y Gloria Content, Las crónicas del taco se dio a la tarea no sólo de iniciar una investigación histórica, sino que recuperó “las mejores historias” de los taqueros, quienes forman parte del ecosistema urbano y rural de México desde hace décadas, asegura Cruz.
El creador de la serie de Luis Miguel afirma que es necesario iniciar una revolución de contenidos en la televisión mexicana. Y aunque admite que Televisa y TV Azteca dieron en el clavo hace años al fabricar telenovelas que impactaran emocionalmente entre las familias mexicanas, también cree que es momento de dejar atrás ese formato.
“(Estas telenovelas) se transmitieron en condiciones muy particulares, como cuando Televisa tenía una cobertura del 90% de la población, eso es único. Pero creo que confiar demasiado en una sola receta es algo que al final acabará hundiéndote, porque llegará enfrente otro que le meta un ingrediente nuevo y cambiará todo el panorama, y eso fue lo que pasó en Estados Unidos cuando irrumpieron Univisión y Telemundo”, observa el productor.
También sostiene que los contenidos siempre se adaptan a los tiempos en que son creados. Antes, dice, ver una telenovela era, más que un entretenimiento, un momento de convivencia familiar con un elemento emocional irremplazable, “porque si te perdías un capítulo ya no podías volver a verlo”.
“De cierto modo, hoy somos esclavos de los episodios porque en Netflix puedes verlo cuando quieras”, asegura. “La facilidad el streaming acabó rompiendo acabó rompiendo con la fidelidad que tuvo el público mexicano hacia la televisión durante mucho tiempo”.