El uso de Wi-Fi y su posible impacto en la salud es un tema que ha generado un debate continuo en los últimos años.
A medida que la tecnología inalámbrica se ha vuelto cada vez más presente en nuestras vidas, algunas personas se han preocupado por si la exposición a las señales de Wi-Fi puede ocasionar problemas para la salud.
A continuación, te presentamos algunos datos clave sobre cómo el uso de las redes inalámbricas y señales WiFi pueden tener un impacto en nuestra salud.
Radiación de radiofrecuencia
El Wi-Fi utiliza radiación de radiofrecuencia (RF) para transmitir datos de forma inalámbrica. Existe una preocupación legítima sobre la exposición a la RF, ya que algunas investigaciones han sugerido que la exposición a largo plazo a niveles elevados de RF, como los emitidos por antenas de telefonía móvil, podría tener efectos adversos para la salud. Sin embargo, los niveles de RF generados por los routers Wi-Fi son considerablemente más bajos que los de las antenas de telefonía móvil, por ejemplo.
Normativas y límites de exposición
En la mayoría de los países, incluyendo Estados Unidos y la Unión Europea, existen normativas y límites estrictos para la exposición a la RF. Estos límites están diseñados para garantizar que la exposición a la RF en entornos cotidianos, como el uso de Wi-Fi, no suponga un riesgo significativo para la salud. Los fabricantes de dispositivos y los proveedores de servicios inalámbricos deben cumplir con estas normativas.
Investigación en curso
Aunque muchos estudios han investigado la relación entre la exposición a la RF y la salud, los resultados hasta la fecha han sido mixtos y en su mayoría no concluyentes. La investigación sigue en curso, y se necesita más evidencia científica sólida para establecer cualquier vínculo definitivo entre el uso de Wi-Fi y problemas de salud.
Precaución y reducción de exposición
Algunas personas prefieren tomar precauciones y reducir su exposición a las señales de Wi-Fi en sus hogares. Esto puede incluir el uso de cables Ethernet en lugar de conexiones inalámbricas o la ubicación estratégica de routers Wi-Fi en áreas menos frecuentadas. Sin embargo, estas medidas a menudo se consideran excesivas y no están respaldadas por la mayoría de las autoridades de salud y reguladores.