La mesa está puesta para que nazcan nuevos unicornios mexicanos, empresas tecnológicas valuadas en más de mil millones de dólares, opinan los emprendedores Roberto Cebrian y David Villarreal.
Para ellos, el país es un mar de oportunidades, hay interés por parte de los inversionistas globales, y otras jóvenes empresas ya han roto los paradigmas.
En el caso de Parrot, la startup que Roberto y David han fundado, una valuación así no es descabellada, especialmente cuando se considera que el sector restaurantero al cual atienden ha pasado por tantas complicaciones en años recientes de pandemia y explosión tecnológica.
"En Latinoamérica estamos en un mercado de competidores tradicionales que no se han adaptado a las necesidades que ya tienen. Van a Estados Unidos y ven todo lo que hay pero regresan a México y no hay nadie que proporcione el mismo servicio. Eso es lo que nosotros vinimos a cambiar", platican.
Parrot es una plataforma que centraliza toda la operación de los restaurantes que depende de la tecnología.
En un sólo lugar se integran los pedidos de todas las apps de delivery así como los de canales digitales propios, organiza el servicio a mesas, se configuran los permisos del personal, se editan menús, maneja las áreas de cocina, extiende reportes, factura y habilita sistemas de pago.
Según explican los emprendedores, progresivamente los restaurantes han ido incorporando en sus operaciones más y más servicios tecnológicos. Esto, lejos de quitarles una carga de trabajo, ha ido complicándoles el día a día hasta convertirse en un problema.
"Ya es mucho más común recibir pedidos vía plataformas o interactuar con celulares para recibir pagos y así nace la idea de cómo podemos facilitar esto que ya se volvió un problema para los restaurantes.
"Toda esta carga de software la reducimos y les brindamos herramientas tecnológicas a los restaurantes para mejorar sus operaciones y administración, todo esto con el objetivo de mejorar la experiencia del comensal".
Según explican Roberto y David, la pandemia ha sido un catalizador de esta saturación por software en los restaurantes.
Pasaron de manejar una sola sucursal, la física, a multiplicarlas entre los diferentes servicios de delivery así como los canales propios vía páginas web o Whatsapp. También surgieron diferentes formas de pago.
Asimismo algunos restaurantes optaron por montar dark kitchens para satisfacer la demanda de delivery apps o a iniciar marcas virtuales con el fin de diversificar el portafolio de productos y aprovechar los recursos de cocina que estaban subutilizados.
En general –explican– los restaurantes cayeron en cuenta que mediante la tecnología podían hacer mucho más con sus recursos; sin embargo este proceso les exigió una profunda reorganización.
Por ejemplo, desde Parrot los restauranteros pueden establecer los menús para las diferentes plataformas con sus precios, cosa que se complica cuando deben hacerlo de una por una.
Asimismo la conciliación de pagos hechos en cada plataforma o in situ les es entregada de manera separada y vinculada a cada orden.
La data sobre los productos mejor y peor vendidos llega consolidada también.
"El beneficio tecnológico vino a corromper toda la administración del restaurante y eso es lo que nosotros organizamos por ellos.
"Uno de nuestros primeros clientes nos dijo que ya no podía crecer porque la operación se había vuelto mucho más compleja. Luego de empezar a usarnos ha podido abrir más sucursales por todo esto que simplificamos. Se trata de maximizar el potencial del restaurante".
La idea que dio vida a Parrot nació en S3 Software, una empresa previa que Roberto Cebrián había fundado y que habilitaba puntos de venta para restaurantes.
"Esto fue hace 10 años. En el transcurso empieza a cambiar mucho la manera en la que operaban los restaurantes en cuanto a tecnología, entró un proceso de digitalización en el consumidor, antes lo único que se vendía en delivery era sushi y pizza, que eran cosas más sencillas.
"Los restaurantes para mantenerse competitivos y manejar una mejor experiencia ya necesitaban de la tecnología para operar".
Al reparar en esta creciente complejidad Roberto se puso en contacto a inicios del 2020 con su amigo universitario David Villarreal, quien ya contaba con amplia experiencia en el ambiente tecnológico al haber trabajado como ingeniero en software durante cuatro años para Uber y luego para Grow Mobility, matriz de los scooters Grin.
Durante todo el 2020 se dedicaron a darle forma a la arquitectura tecnológica y modelo de negocio de Parrot.
Según explican, los primeros meses de la pandemia fue un tiempo de incertidumbre para la startup al haberse paralizado de tajo las actividades restauranteras; sin embargo rápidamente se dieron cuenta que las tesis pre-covid estaban comprobando ser sólidas.
"Fueron meses de tener paciencia, pero nos dimos cuenta que la gente seguía comiendo en restaurantes y que las necesidades de estos eran completamente distintas, mucho más digitales.
"Creo que la razón por la que (un modelo como el nuestro) no mucha gente lo había hecho es porque lo que realmente buscan los restaurantes, lo que realmente les genera valor, es que todo esté conectado y eso lleva tiempo construirlo".
Finalmente la plataforma vio la luz del día en enero del 2021 y rápidamente se ha ido haciendo de clientes.
A la fecha Parrot contabiliza 200 restaurantes conectados y espera crecer 75 por ciento antes del cierre del 2022. Hacia el 2023, ya más consolidado, la meta es alcanzar los mil 500 clientes.
Asimismo la plataforma lanzó una ronda de capital por 9.5 millones de dólares liderada por el fondo F Prime Capital, el cual ha invertido en más de 200 startups de Asia, Europa y América Latina y que ha reconocido en Parrot una oportunidad de penetrar en un mercado con grandes necesidades como el restaurantero.
Según estimaciones de la consultoría global McKinsey, el mercado mundial de delivery de comida al cierre del 2021 se estimaba en un valor de 150 mil millones de dólares, habiendo duplicado su tamaño a partir del inicio de la pandemia.
En un reporte reciente sobre la industria, la consultora especificó que el crecimiento del delivery trae beneficios pero también representa importantes retos financieros y logísticos para los restaurantes.
"La explosión del delivery puede significar que todos en el restaurante tengan que trabajar más, desde los cocineros, pasando por los administradores, hasta el staff de mantenimiento. Muy probablemente los restaurantes tendrán que incorporar sistemas para atender los altos volúmenes de órdenes y permanecer competitivos", refirió McKinsey, guiñando el ojo a servicios como Parrot.
Junto a startups como el supermercado virtual Jüsto, o la fintech Klar, dentro de los círculos de venture capital se menciona a Parrot de manera frecuente como uno de los potenciales próximos unicornios mexicanos.
Al respecto, Roberto y David aseguran que una valuación de mil millones de dólares para Parrot es posible debido al tamaño del mercado que están atacando y la falta de jugadores relevantes; sin embargo –dicen– no les quita el sueño alcanzar ese estatus.
Para ellos, esa posibilidad se ha vuelto cada vez más real gracias a las recientes valuaciones multimillonarias hechas para startups mexicanas como Kavak, Bitso o Incode.
"Creo que ser un unicornio es una muestra de cuánto valor estás generando en el mercado y es una consecuencia de lo que puedes hacer, pero a fin de cuentas es un número y será una consecuencia del trabajo que hemos hecho.
"El restaurantero es un mercado muy conectado y muy sincero, es complicado pensar en que se puede ser un unicornio sin realmente generar valor".
Por el momento Roberto y David platican que en el corto plazo la plataforma estará centrada en mejorar la experiencia de usuario a fin de diferenciarse de sus competidores.
No obstante en el pipeline de mediano plazo está el lanzar nuevas funcionalidades tales como un administrador de inventarios, ampliar todas las maneras de pagos posibles –como la integración de pagos con Whatsapp o vía Apple pay– o habilitar la orden adelantada de platillos.
Asimismo los emprendedores tienen en la mira iniciar operaciones en mercados como Colombia y Brasil sin una fecha definida.
Como lo comentan, más adelante vendrán más temas de innovación pero lo que buscan por el momento es resolver ese dolor del restaurante grande en operaciones pero tradicional en sus formas de trabajo y que no ha podido encontrar una solución donde realmente pueda administrarse y operar correctamente.
Todo lo bueno en un futuro –dicen– será producto de este empeño.
"Hay mucho más por construir. Los mexicanos somos muy emprendedores y me da mucho gusto que ya el mercado está ahí (en condiciones de generar nuevos unicornios).
"Te das cuenta de que salen compañías increíbles de la nada porque ahí está el talento, ahí está la oportunidad y sólo faltaba esa nueva ola. Es algo que nunca pensé que iba a ser así o que iba a ser mucho más lento, pero pues aquí estamos".
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