En un barrio de Medellín, tienen al repartidor de encargos más inusual, se trata de un labrador color chocolate que entrega a sus vecinos los pedidos que hacen al mercado de su familia.
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Su nombre es Eros y tiene casi dos años en este empleo, y a todos le resulta adorable.
Es el mejor en su trabajo, pues desde que era tan solo un cachorrito fue entrenado por sus dueños para que se aprendiera los nombres de sus vecinos, no sabe de calles, pero recuerda a sus clientes.
Ahora, es un perro adulto y cuando hace sus entregas, los vecinos le regalan una galleta o algún otro premio y él regresa feliz al mercado, esperando su próxima entrega.
Pero, el encantador repartidor resultó víctima de la delincuencia, alguien robó la canasta en la que hacía sus entregas.
Según los dueños de Eros, el perrito llevaba 10 cajetillas de cigarros, pero el ladrón sólo hurtó la canasta, lo cual les resultó muy extraño.
El papá de Eros contó que el perrito iba junto a su madre a realizar una entrega, pero la mujer tuvo que regresar y el can se fue detrás de ella, dejando la canasta con el pedido.
Cuando se dieron cuenta, alguien se había llevado dicha canasta, pero dejando los cigarros.
Los vecinos se encuentran molestos, ya que el servicio que ofrece Eros les resulta muy conveniente desde que inició la cuarentena por Covid-19.
Afortunadamente los papás humanos del labrador le han comprado una canasta nueva, y el encantador Eros podrá seguir haciendo sus entregas en tiempo y forma como de costumbre.