Jaime no tiene hogar y parece que su única familia es su perro, pero desafortunadamente fueron separados desde hace días.
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El perro llamado Nico, se extravió y terminó en una perrera de Madrid, Jaime ha intentado recuperarlo, pero no lo ha conseguido.
Desde entonces el hombre duerme en las puertas del lugar, esperando que su amigo sea devuelto.
Se le informó que a Nico lo encontró la policía y después fue recogido por el centro antirrábico, lugar donde Jaime ha acampado en cartones y telas viejas.
Ya ha pasado una semana y los amigos siguen separados, Jaime se siente muy triste por esta razón, extraña mucho a su compañero.
Le dicen que Nico ya no está en ese lugar, pero él no les cree.
Fue su hermano quien echó al perro a la calle pues lo consideraba peligroso, pero al ser de raza galgo no se considera en esta categoría.
Desde entonces Jaime y él, deambulan por las calles sobreviviendo gracias a la bondad de los vecinos.
Estos les dan comida y agua, apoyando siempre su situación y todos esperan que Jaime pueda recuperar a su gran amigo Nico, quien al no tener chip de identificación fue puesto en adopción.
Los vecinos comentan que el perro está muy bien cuidado y se ve que Jaime lo quiere mucho, incluso una mujer tiene un negocio con accesorios para mascotas, le ha dado baños a Nico.
Todos apoyan con lo que pueden a Jaime, se han ofrecido a pagar el chip de nico, así como sus vacunas y esperan sinceramente que vuelvan a estar juntos, pues son los mejores amigos.