En Perú vivía el señor Aldo en una humilde vivienda de madera, su única compañía era su perrito, quien siempre estaba a su lado.
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El abuelito de 80 años no contaba con servicios de agua, electricidad ni gas en su casa, por lo que para cocinar utilizaba leña.
Además, el viejito tenía problemas en los ojos, lo que le impedía ver con claridad.
Al parecer no tenía familiares que lo visitaran, algunas veces miembros de una iglesia asistían a darle apoyos pero, casi siempre estaba solo con su fiel amigo de cuatro patas.
Hasta que pasó el terrible accidente, su vivienda se había incendiado y a pesar de todos los esfuerzos de los bomberos nada se pudo hacer por controlar las llamas y el señor Aldo perdió la vida.
Los bomberos encontraron el cuerpo de Aldo junto al de su fiel compañero a sus pies.
Pero a pesar de las intensas llamas y de encontrarse cerca de la puerta, su fiel perrito jamás se fue y permaneció junto a él todo el tiempo.
La prensa local difundió el caso y lamentó la pérdida, mientras usuarios entristecidos y conmovidos por la historia, esperan que se les ponga más atención a los abuelitos que vivan solos, sobretodo a los que presentan dificultades físicas como fue el caso del Aldo.
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