Pescadores del Lejano Oriente ruso encontraron al sobreviviente en condiciones extremas. Sin tener idea de lo que el náufrago habría pasado antes de ser rescatado.
El 9 de agosto, Mikhail Pichugin emprendió un viaje junto a su hermano Sergei, de 49 años, y su sobrino Ilya, de 15, partiendo desde una comunidad en Jabárovsk hacia la isla de Sajalín, en el Pacífico.
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El grupo viajaba en una pequeña embarcación inflable de poco más de 4 metros, equipada con ropa, chalecos salvavidas, bengalas, provisiones limitadas y 20 litros de agua.
Poco después de zarpar, perdieron toda comunicación. Un fallo en el motor los dejó a la deriva en el mar de Ojotsk, conocido por sus violentas tormentas y bajas temperaturas.
A pesar de una búsqueda intensa por parte de las autoridades, no se hallaron indicios de la embarcación hasta el 14 de octubre, cuando el barco pesquero ‘Ángel’ divisó la balsa.
En el primer contacto visual, la tripulación creyó que se trataba de escombros flotantes, pero al acercarse descubrieron al náufrago agitando una bandera naranja improvisada y cubierto con mantas.
Imágenes del rescate han circulado en los medios rusos, mostrando el debilitado estado de Mikhail, quien había perdido 50 kilos durante su odisea en alta mar. Los cuerpos de su hermano y sobrino permanecían en la embarcación. Mikhail fue trasladado de inmediato a un hospital en Magadán, donde continúa en estado de shock.
La historia de Mikhail ha sido descrita por los especialistas como un caso "casi imposible", dado que logró sobrevivir en condiciones extremadamente adversas, enfrentando tormentas y las frías temperaturas del océano por más de dos meses.