El bruxismo es una condición que ocurre cuando apretamos la mandíbula y presionamos los dientes a tal grado de hacerlos rechinar. Los síntomas son: dolor de cabeza, muscular y de cuello, molestias en el oído, mareos, desgaste de los dientes y rigidez.
Las causas pueden variar, pero las principales para desarrollar bruxismo son ansiedad, estrés y tensión emocional, de manera que involuntariamente se produzcan los síntomas ya mencionados.
El exceso de presión sobre los dientes puede romperlos o provocar movilidad en la dentadura, además desgasta las piezas dentales a tal grado de llegar a verse cada vez más pequeñas.
Tratamiento
Se requiere de un tratamiento odontológico, para prevenir que el bruxismo avance y se pierdan dientes o, en casos más graves, se fracture la mandíbula. Por ello, esta condición se trata con uso de guardas o férulas dentales, las cuales pueden ser de acetato o acrílico, utilizándose principalmente por las noches.
También es recomendable acudir al psicólogo o psiquiatra, según sea el caso, de manera que se trabaje el estrés y la tensión emocional.
Recuerda que este padecimiento no se erradica pero puede controlarse, es por eso que acudir regularmente al dentista puede favorecer a la detección oportuna del bruxismo.
Con información de Secretaría de Salud