La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune crónica que afecta principalmente las articulaciones, pero también puede dañar otros órganos y tejidos del cuerpo.
Se caracteriza por la inflamación de las articulaciones y puede provocar dolor, hinchazón, rigidez y pérdida de movilidad en las mismas.
La causa exacta de la artritis reumatoide no se comprende por completo, pero se cree que es el resultado de una respuesta inmunológica anormal en la que el sistema inmunológico del cuerpo ataca por error las articulaciones.
Los síntomas pueden variar de una persona a otra, pero comúnmente incluyen:
- Dolor y sensibilidad en las articulaciones.
- Hinchazón y enrojecimiento en las articulaciones afectadas.
- Rigidez matinal prolongada.
- Pérdida de movilidad y deformidades articulares con el tiempo.
- Fatiga y debilidad.
La artritis reumatoide puede afectar a personas de cualquier edad, pero es más común en mujeres y generalmente se diagnostica en la edad adulta temprana o media.
¿Cómo se trata?
El tratamiento de la artritis reumatoide tiene como objetivo aliviar el dolor, reducir la inflamación y prevenir el daño articular.
Puede implicar una combinación de enfoques médicos y cambios en el estilo de vida:
Medicamentos
Los médicos pueden recetar medicamentos para aliviar el dolor y la inflamación. También podrían recetar modificadores de la enfermedad y medicamentos biológicos que pueden ayudar a frenar la progresión de la enfermedad.
Terapia física y ocupacional
Los fisioterapeutas pueden ayudar a mejorar la movilidad y la fuerza, mientras que los terapeutas ocupacionales pueden enseñar técnicas para facilitar las actividades de la vida diaria.
Estilo de vida saludable
Mantener un peso saludable y realizar ejercicio regular puede ayudar a mejorar la función articular. Además, una dieta equilibrada y el manejo del estrés son importantes.
Descanso y cuidado de las articulaciones
El descanso adecuado es fundamental para reducir la inflamación y permitir que las articulaciones se recuperen. También se pueden utilizar dispositivos de asistencia, como férulas, para proteger las articulaciones.
Cirugía
En casos graves, cuando el daño articular es significativo, puede ser necesario recurrir a la cirugía para reparar o reemplazar articulaciones.
La artritis reumatoide es una enfermedad crónica que requiere un manejo a largo plazo y la colaboración entre el paciente y el equipo médico.
Aunque no tiene cura, con un tratamiento adecuado y un enfoque de atención integral, muchas personas pueden llevar una vida plena y funcional a pesar de la enfermedad.
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Es esencial consultar a un médico si se sospecha de artritis reumatoide para recibir un diagnóstico y un plan de tratamiento adecuados.