La migraña es un trastorno neurológico caracterizado por dolores de cabeza intensos y recurrentes, que pueden ir acompañados de náuseas, sensibilidad a la luz, al sonido y, en algunos casos, incluso trastornos visuales.
Aunque los factores que desencadenan una migraña varían de persona a persona, existen ciertos comportamientos y situaciones que es mejor evitar si padeces de esta condición. Conocer y evitar estos desencadenantes puede ayudar a reducir la frecuencia y gravedad de los ataques.
No descuides el sueño
La falta de sueño o un horario de descanso irregular son factores que comúnmente provocan migrañas. Dormir menos de seis horas o, por el contrario, exceder las ocho horas puede alterar tu ciclo de sueño, lo que contribuye a que el dolor de cabeza aparezca. Mantén una rutina de sueño regular, acostándote y despertándote a la misma hora cada día, incluso los fines de semana. Dormir lo suficiente y a las horas adecuadas es esencial para evitar los ataques.
Evita ciertos alimentos y bebidas
El consumo de alimentos procesados, así como los quesos añejos, el chocolate y las bebidas alcohólicas (especialmente el vino tinto), puede desencadenar una migraña. Algunas personas también son sensibles a la cafeína; su consumo excesivo o la abstinencia repentina de la misma puede provocar dolores de cabeza. Llevar un registro de los alimentos que consumes y las migrañas que experimentas te ayudará a identificar patrones y a evitarlos.
No te expongas a la luz brillante o los sonidos fuertes
Las personas con migraña suelen ser más sensibles a la luz y el sonido. La exposición a luces brillantes, como la de pantallas de dispositivos electrónicos, o a sonidos altos, como los de conciertos o entornos ruidosos, puede provocar un ataque. Usa gafas de sol al salir al exterior y reduce el brillo de las pantallas cuando trabajes o te entretengas. Si te es posible, evita ambientes extremadamente ruidosos o utiliza tapones para los oídos.
No te saltes comidas
Pasar mucho tiempo sin comer puede ser otro desencadenante de la migraña. Los cambios en los niveles de azúcar en la sangre pueden agravar el dolor, por lo que es importante no omitir ninguna comida y optar por comidas equilibradas. Consumir pequeños refrigerios saludables entre comidas puede estabilizar los niveles de glucosa y reducir el riesgo de migrañas.
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Si padeces de migraña, llevar un estilo de vida equilibrado, con hábitos de sueño y alimentación consistentes, puede ser clave para prevenir los ataques. Evitar factores desencadenantes como la luz brillante, el ruido excesivo y ciertos alimentos también será beneficioso para mantener tu bienestar.