La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha anunciado un ambicioso proyecto que promete cambiar el panorama de la vivienda en el país. Durante su sexenio, se construirán un millón de viviendas nuevas distribuidas en cuatro regiones clave, enfocadas en apoyar a personas de bajos ingresos y a sectores vulnerables. Este programa permitirá acceder a una vivienda sin la necesidad de contar con Infonavit, ofreciendo una alternativa más inclusiva dentro de la política habitacional de México.
El objetivo central del plan es proporcionar viviendas económicas para las familias mexicanas, con un enfoque especial en los jóvenes. Las casas tendrán un costo que oscilará entre 700 mil y 1 millón 200 mil pesos, con un área aproximada de 60 metros cuadrados. Para los estudiantes, se prevé una modalidad de renta con viviendas más pequeñas, garantizando siempre las condiciones mínimas para una vida digna.
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El programa está dirigido principalmente a mujeres jefas de familia, jóvenes, pueblos indígenas y adultos mayores. Según Octavio Oropeza, director del Infonavit, una modalidad de arrendamiento permitirá que las rentas se abonen al costo total de la vivienda en caso de que el inquilino decida comprarla. Esta medida se implementará en todo el país y beneficiará tanto a quienes no tienen acceso a un crédito de vivienda como a trabajadores independientes que se inscriban voluntariamente al programa.
Rodrigo Chávez, director de la Conavi, explicó que las viviendas tendrán un financiamiento con tasa de interés del 0%, lo que implica que no generarán intereses. El programa está diseñado especialmente para jóvenes de entre 18 y 30 años, y las viviendas se construirán en áreas cercanas a centros educativos y zonas industriales, facilitando el acceso a servicios y oportunidades laborales. Las unidades, de hasta 60 metros cuadrados, estarán equipadas con los servicios esenciales para una vida cómoda.
El esquema de arrendamiento tendrá una duración inicial de cinco años, con la posibilidad de extenderse por dos años más. Las rentas no deberán superar el 30% del salario de los jóvenes trabajadores. En el caso de los estudiantes, se aplicará un estudio socioeconómico para evaluar su capacidad de pago, garantizando que el programa sea accesible para todos los interesados. Este enfoque busca no solo ofrecer una solución habitacional, sino también mejorar la calidad de vida de los beneficiarios.