Las papas a la francesa son un acompañamiento culinario popular en muchas partes del mundo, conocidas por su forma delgada y crujiente.
Sin embargo, a pesar de su nombre, el origen de estas deliciosas tiras de papa frita no está directamente relacionado con Francia, como muchos podrían suponer.
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El término "papas a la francesa" en realidad se refiere al estilo de corte de las papas, en tiras finas, al igual que las papas fritas tradicionales. La confusión acerca de su origen podría deberse a la palabra "francesa" en su nombre, que podría sugerir una conexión directa con la cocina francesa. Sin embargo, la historia detrás de este plato es un poco más compleja.
Las papas son originarias de América del Sur y fueron llevadas a Europa por exploradores españoles en el siglo XVI. A medida que se extendieron por el continente, diferentes regiones adoptaron este nuevo alimento y comenzaron a prepararlo de diversas maneras. La técnica de cortar las papas en tiras y freírlas se desarrolló en la región de Flandes (parte de la actual Bélgica), y es allí donde se originan las famosas "frites" o papas fritas.
A lo largo de los años, las papas fritas se popularizaron en toda Europa, y en el siglo XIX, durante la ocupación de Napoleón en Bélgica, las tropas francesas descubrieron este manjar y llevaron la idea de las "frites" de vuelta a Francia. De ahí podría derivarse la denominación "papas a la francesa".
Sin embargo, es esencial destacar que la técnica misma de freír papas en tiras finas no se originó en Francia, sino en Flandes.
En resumen, aunque el término "papas a la francesa" puede sugerir una conexión directa con la cocina francesa, su origen se encuentra en la región de Flandes, en Bélgica.
La historia de este popular plato es un ejemplo de cómo los nombres de los alimentos pueden llevar a equívocos sobre sus verdaderos orígenes culinarios.