Pocos conocen que uno de los grandes inventos que seguimos utilizando en la vida cotidiana fue obra de un científico mexicano de la época virreinal.
José Antonio Alzate, un sacerdote, naturalista y filósofo nacido en 1737, no solo destacó por su vasta producción científica y sus contribuciones a la astronomía, la botánica y la cartografía, sino también por haber ideado uno de los elementos más prácticos de la tecnología moderna: el flotador del baño.
Alzate, conocido por su curiosidad insaciable y su afán de mejorar la vida cotidiana mediante la ciencia, desarrolló un mecanismo basado en principios físicos para regular el nivel del agua en los sanitarios.
El flotador del baño, una sencilla, pero ingeniosa invención, utiliza una boya que flota sobre el agua y regula el flujo en función del nivel deseado.
Este sistema permitió un uso más eficiente del agua, sentando las bases para lo que hoy conocemos como sistema de descarga automática en los inodoros.
Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo
Aunque Alzate es más reconocido por haber sido el fundador de "Gaceta de Literatura de México", uno de los primeros periódicos científicos del continente americano, su capacidad de innovar en campos tan variados como la hidráulica y la mecánica lo convirtió en un verdadero pionero en múltiples disciplinas.
El flotador del baño es uno de esos inventos que, si bien no son comúnmente atribuidos a su nombre, transformaron la vida de las posteriores generaciones.