Una de las preguntas más intrigantes sobre la vida del famoso navegante Cristóbal Colón es si realmente murió sin saber que había descubierto un nuevo continente. Colón, conocido por su primer viaje transatlántico en 1492, creía hasta su muerte que había encontrado una nueva ruta hacia Asia, no un continente desconocido para los europeos.
Cristóbal Colón partió en 1492 con el objetivo de encontrar una ruta más corta a las riquezas de Asia navegando hacia el oeste desde Europa. Al llegar a las islas del Caribe, Colón pensó que había llegado a las Indias Orientales, la región que abarcaba Asia del Sur y Sudeste Asiático. Este malentendido se debió en parte a la limitada geografía conocida por los europeos en ese momento y a las expectativas que Colón tenía sobre las distancias y ubicaciones.
Durante sus cuatro viajes al Nuevo Mundo, Colón exploró diversas islas del Caribe, partes de América Central y del Sur. Sin embargo, hasta su muerte en 1506, Colón mantuvo la convicción de que había llegado a las costas de Asia. En sus cartas y diarios, se refería a los habitantes locales como "indios", creyendo firmemente en su idea original.
El verdadero reconocimiento de que las tierras descubiertas por Colón eran parte de un continente desconocido para los europeos vino después de su muerte. El explorador y cartógrafo Américo Vespucio, en sus viajes a principios del siglo XVI, sugirió que estas tierras eran parte de un "Nuevo Mundo". Esta noción fue más tarde adoptada por los geógrafos europeos, y en 1507, el cartógrafo alemán Martin Waldseemüller publicó un mapa en el que llamó al nuevo continente "América" en honor a Vespucio.
Por lo tanto, es correcto afirmar que Cristóbal Colón murió sin saber que había descubierto América. Hasta el final de su vida, Colón creyó que había encontrado una nueva ruta hacia Asia. Esta confusión se mantuvo en parte debido a la falta de información y a los conocimientos geográficos limitados de la época.
El legado de Colón es complejo y ha sido objeto de debates y reevaluaciones históricas. No obstante, su error no disminuye la magnitud de su logro. Su expedición de 1492 marcó el inicio de una nueva era de exploración y contacto entre Europa y las Américas, cambiando para siempre el curso de la historia mundial.