En pocos meses, la humanidad conoció la potencia de un nuevo virus, al cual se le llama ahora Covid-19; muchos son sus mitos de cómo surgió, pero la realidad es que el mundo lo está combatiendo y cada vez más son los que se han unido para luchar contra él. Sin embargo, hay un país que se aferra a un muro para dividir, en lugar de preocuparse por la salud de sus connacionales y vecinos.
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Mientras la gran mayoría de potencias y demás países intentan hacerle frente al coronavirus, en Estados Unidos, su presidente Donald Trump, continúa con la intención de levantar un muro en la frontera con México, lo cual no ha parado ante una contingencia para la humanidad y podría provocar otra para la flora y la fauna nativa.
Juan Carlos Bravo, director del programa Wildlands Networks, asociación dedicada a luchar y concientizar por la naturaleza fronteriza entre México y Estados Unidos, señaló que han hecho varias peticiones para que paren obras, pero prácticamente no han sido escuchados.
Esto provoca una movilización de personas que trabajan en la construcción del muro, que provienen de todos los estados de la unión americana, lo cual contradice las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de quedarse en casa.
"Por el movimiento de gente entre un sitio y otro están más expuestas a los contagios que puedan traer todos estos trabajadores que vienen de todas partes de Estados Unidos, viajan en aviones o camiones y a su vez están muy expuestos ellos", señaló el activista en entrevista con El Sol de Hermosillo.
Juan Carlos Bravo detalló que han hecho un llamado a parte de la preservación de la vida silvestre de la zona, porque esto pone en riesgo no sólo a la flora y la fauna por su separación, sino a los trabajadores y pobladores de los alrededores por una eventual propagación de Covid-19.
"Esto ha implicado el movimiento de mucha gente en grupos grandes para los sitios de construcción, gente que viene de muchos estados de Estados Unidos, incluso algunos de México, contratistas que se están moviendo de un lado a otro, se están hospedando en las comunidades fronterizas y están exponiendo a toda la población a más contagios de Covid-19", subrayó.
Asimismo, esta edificación por sí misma pone en riesgo de extinción a la flora y fauna nativa, como lo son el berrendo sonorense y una especie endémica de liebre; esto en las reservas que existen en ambos países, pero, además del oso negro mexicano que está por la zona de Nogales.
Estás reservas son la de la Biosfera del Pinacate y Gran Desierto de Altar en Sonora del lado mexicano, así como la de Cabeza de Viejo en Arizona por la Unión Americana, entre otras partes de la vida silvestre, como lo es la zona de Nogales, donde, aunque no tiene el nombramiento de protegida, igual están en riesgo.
"Estas áreas protegidas comparten varias especies de gran importancia para los dos países, el borrego cimarrón y el berrendo sonorense son dos de las especies que nos preocupan más en este caso, porque de manera natural estarían viajando de un país al otro sin interrupción y en el momento que pones un muro en medio de su hábitat ya no pueden estar cruzando", enfatizó el director de Wildlands Networks.
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El berrendo sonorense, es una especie de venado pequeño, indicó, que depende de la disponibilidad de agua y al ser estados áridos, se trasladan constantemente, por lo que correrían el riesgo de quedar varados en el lado mexicano o estadounidense.
Es así como no sólo se pone en riesgo la vida humana por una construcción que dividirá dos países, también especies nativas de flora y fauna estarían en riesgo por levantar un muro.