El calor que se presenta en esta temporada aleja de la zona a las aves migratorias que acostumbran estar en la región, aprovechando que se ha logrado restaurar el medio ambiente en algunos puntos del Río Colorado.
La investigadora de Pronatura Noroeste, Alejandra Calvo, informó que, en realidad, son pocas las que se pueden tener en estos meses, sin embargo, debido a que ya se acerca el otoño, es posible tener algunas aves playeras.
“Las aves migratorias riparias llegarían aquí por noviembre o diciembre, así como las aves acuáticas, como los patos y los gansos, principalmente”.
Externó que lo fuerte en este sentido se da en primavera con las aves riparias y en invierno con las acuáticas, que se quedan en México y en algunas partes de Centroamérica.
Asimismo, dijo que el área de monitoreo incluye la planicie de inundación del río delimitada por el sistema de diques que atraviesa el valle de Mexicali, comenzando en el Norte en la represa Morelos y extendiéndose hasta la confluencia de los ríos Hardy y Colorado, así como cinco sitios de restauración.
Como resultado se ha observado que la abundancia y la diversidad han sido mayor en los sitios restaurados y los sitios no restaurados, esta diferencia muestra que las acciones de restauración son eficaces en la creación y el mantenimiento del hábitat para las aves.
“Si bien los requisitos específicos del hábitat pueden ser diferentes entre especies individuales, en su conjunto, tanto las aves residentes como las migratorias se benefician de la restauración de hábitats ribereños del Delta”.
Algunas especies de aves, como el Cuclillo Pico Amarillo, el Chipe Grande, el Chipe Rabadilla Castaña, han regresado al corredor ripario y otras, como el Papamoscas Cardenalito, el Carpintero del Desierto, entre otros