En el marco del Día Internacional de la Vaquita Marina, organizaciones como la Reserva de la Biosfera Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado difunden información relacionada a la especie que está en peligro de extinción, con la finalidad de crear conciencia de la importancia de cuidarla para preservarla.
El 18 de julio fue la fecha en que se celebró el Día de la Vaquita Marina que es uno de los cetáceos más pequeños del mundo, único mamífero marino mexicano miembro de la familia Phocoenidae (marsopas verdaderas), habita en el norte del Golfo de California, incluyendo el Golfo de Santa Clara.
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En la última estimación de su población realizada en noviembre y diciembre de 2018 por medio de la técnica de monitorización acústica se reportaron menos de 22 ejemplares.
Personal de la Reserva de la Biosfera Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado publicó que la Agencia de Investigación y Desarrollo (INVDES) dio a conocer que algunas de las características principales de la vaquita marina es el dorso de color gris oscuro, en los laterales la coloración es gris más claro y el vientre es blanco. Alrededor de los ojos y los labios tiene parches negros. Es un animal robusto que llega a pesar 55 kilogramos en el caso de las hembras adultas. Estas llegan a medir 1.5 metros, un poco más que sus contrapartes machos. Los dientes tienen forma de espátula, según explica el Gobierno. El hocico es corto y la cabeza redondeada.
El descubrimiento formal de las vaquitas marinas fue hace relativamente poco, en 1958. Sin embargo, desde un poco antes se tenían pistas de estos mamíferos, según el Gobierno de México, que explica que la primera descripción, que se basó en tres cráneos que se encontraron en San Felipe, Baja California, data de la primera mitad del siglo XX.
¿QUÉ ESTÁ ACABANDO CON LA VAQUITA MARINA?
La suerte de las vaquitas ha estado fuertemente ligada a la de otro animal marino que habita la misma región: los peces totoaba, una especie similar al róbalo, que tienen un gran buche muy codiciado en China, señala la agencia INVDES.
En la medicina tradicional china se cree que los buches de pescado secos son afrodisíacos y ofrecen un sinfín de beneficios para la salud. En el mercado negro de ese país, el kilogramo de buche se puede vender hasta por US$ 8.000, según el gobierno de México. No en vano se le ha denominado “la cocaína del mar”.
El tráfico de este pez, según explica la Organización de las Naciones Unidas (ONU), está controlado por el crimen organizado.
Para pescar la totoaba, los pescadores se valen de redes agalladeras o de enmalle en las que las vaquitas quedan atoradas y se asfixian. Por eso, las vaquitas marinas terminan siendo una víctima colateral de esta actividad furtiva. La alteración del hábitat y la contaminación son otros de los factores que afectan su supervivencia.
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Existe otro reto para la supervivencia de las vaquitas marinas: su baja tasa reproductiva, una característica que comparten con otras especies de cetáceos. Se reproducen cada dos años o más y la gestación tiene una duración de entre 10 y 11 meses. Además, en cada ocasión solo dan a luz a una cría.
Por su parte, la bióloga sanluisina Martha Román, resaltó que tanto los gobiernos como las organizaciones ambientalistas han hecho un gran esfuerzo por preservar a la vaquita marina, pero el resultado no ha sido el que se esperaba, cuando, en su momento se visionó a futuro.
Cabe destacar que, entre las acciones emprendidas, en determinado momento, por las autoridades de gobierno para preservar a la vaquita marina, se ordenó el cierre de la pesca en el Golfo de Santa Clara y Puerto Peñasco, Sonora, así como en San Felipe, Baja California, a cambio de compensaciones económicas a pescadores.
