En el centro de las colonias populares de México, entre puestos de jugos y licuados matutinos, existe una bebida que ha captado la atención de quienes buscan comenzar su día con un toque especial: la "polla".
Esta curiosa mezcla alcohólica, vista por muchos como un “desayuno de campeones”, combina ingredientes insólitos que prometen revitalizar el cuerpo, o en algunos casos, prolongar la resaca de la noche anterior.
La receta es sorprendentemente sencilla: canela en polvo, un huevo crudo (de gallina o codorniz), y licor tipo Jerez, con 18 grados de alcohol. Aunque para algunos esta combinación pueda parecer poco apetecible, quienes la consumen afirman que tiene propiedades energéticas y es ideal para arrancar el día con fuerza o mitigar los efectos del alcohol.
La bebida se sirve en un vaso reciclado de veladora, lo que lo hace casi un ritual. El proceso de preparación es simple: se vierte el Jerez en el vaso, seguido del huevo crudo con su yema y clara, y se espolvorea canela encima para dar un toque dulce.
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Aunque algunos prefieren beberla de un solo trago, otros la consumen en pequeños sorbos, disfrutando de su efecto "revitalizante". Tradicionalmente, la polla es consumida por quienes la ven como un tónico energético o una rápida solución para alargar el efecto del alcohol.
A pesar de su arraigada tradición en México, la bebida tiene raíces en España, de donde tiene su origen el Jerez.