La expresión "OK" es una de las más utilizadas en el mundo moderno, pero su origen es un enigma lingüístico que ha desconcertado a muchos. Contrario a la creencia popular, la historia de "OK" no es tan simple como parece.
La teoría más aceptada sugiere que la palabra tiene raíces en el lenguaje coloquial estadounidense del siglo XIX. Se cree que "OK" proviene de la abreviatura humorística "oll korrect", derivada a su vez de la incorrecta ortografía de "all correct". Esta explicación ha ganado terreno, pero la historia completa es mucho más intrigante.
Otra teoría apunta hacia la influencia de lenguajes extranjeros. Se especula que la expresión proviene de la lengua wolof, hablada en África occidental, donde "waw kay" significa "está bien". Los esclavos africanos que llegaron a América podrían haber introducido esta expresión, que eventualmente se transformó en "OK". Sin embargo, la evidencia concreta de esta conexión es limitada.
Un capítulo interesante en la historia de "OK" es su supuesta asociación con el presidente Martin Van Buren. Se dice que Van Buren, apodado "Old Kinderhook" debido a su lugar de origen, popularizó el uso de "OK" durante su campaña presidencial en 1840. Aunque hay indicios de que Van Buren pudo haber contribuido a la difusión de la palabra, no hay consenso sobre su origen real.
La influencia internacional en la propagación de "OK" también es fascinante. Durante la Primera Guerra Mundial, soldados estadounidenses llevaron la expresión a Europa, donde se adoptó en varios idiomas. En francés se convirtió en "au quai", en italiano en "capito" y en español en "okey". Estas adaptaciones sugieren una globalización temprana de la palabra.
En resumen, el verdadero origen de "OK" sigue siendo esquivo, entrelazando elementos del lenguaje coloquial estadounidense, influencias lingüísticas extranjeras y eventos históricos. Aunque la teoría de "oll korrect" es la más aceptada, el enigma persiste, recordándonos que algunas palabras pueden resistirse a ser completamente desentrañadas por el tiempo.