Los "catrines" y "catrinas" son icónicos personajes de la cultura mexicana que representan una sátira social y un recordatorio de la inevitabilidad de la muerte.
Estas figuras elegantes y esqueléticas son especialmente prominentes durante el Día de los Muertos en México, pero su origen se remonta al siglo XIX.
Los "catrines" eran hombres vestidos con trajes elegantes y sombreros de copa alta que se burlaban de la alta sociedad y la aristocracia mexicana de la época. Su nombre proviene de la palabra "catra" que significa "ropa elegante" en el argot de la época.
La figura de la "catrina" es una evolución de los "catrines" y fue popularizada por el famoso ilustrador mexicano José Guadalupe Posada en la década de 1910.
Posada creó una serie de grabados que representaban a una dama elegante con un esqueleto de calavera, vestida con ropa de alta costura. La imagen satirizaba la vanidad y superficialidad de la alta sociedad mexicana de su tiempo y simbolizaba la igualdad de todos ante la muerte.
La "Catrina" se ha convertido en un ícono del Día de los Muertos en México y se usa para recordar a las personas fallecidas.
Se cree que el espíritu de la Catrina visita a sus seres queridos durante la celebración y se convierte en una forma de honrar a los muertos con humor y alegría en lugar de tristeza.
Hoy en día, los catrines y catrinas son una parte esencial de la celebración del Día de los Muertos en México y se han convertido en una expresión artística y cultural ampliamente reconocida.
La elegancia y la sátira social de estos personajes los convierten en una representación única y apreciada de la rica herencia cultural de México.