Bien se dice que la realidad puede ser aún más impresionante que la ficción, por lo que numerosas producciones de Hollywood han dado una nueva interpretación a esos hechos que asombran a la humanidad. Tal es el caso de “Footloose”, que hoy cumple cuarenta años desde su estreno y sigue siendo tan fascinante como icónica.
En la pequeña ciudad de Elmore, Oklahoma, una prohibición poco común capturó la atención del país y la respuesta rebelde de los jóvenes de esa ciudad se convirtió en la inspiración para uno de los clásicos del cine de los años 80.
Baile de graduación
Esta historia comienza en 1898, cuando en la ciudad de Elmore se dictó una ley que prohibía cualquier baile público. El pueblo conservador tenía normas sociales y religiosas muy estrictas, y esta ley era un intento por mantener a los jóvenes alejados de la tentación y preservar los valores tradicionales.
Como resultado de la prohibición muchas generaciones de jóvenes estudiantes fueron privados del tradicional baile de graduación, o “prom night” como se le denomina en Estados Unidos.
Así, dejando a los adolescentes sin la oportunidad de compartir vivencias y elegir al rey y reina del baile, la ley prevaleció durante años al creerse que de este modo los estudiantes eran mejor adoctrinados, pues supuestamente sin este tipo de distracciones se concentraban solo en aprender.
El héroe de esta historia emerge a finales de 1970, Leonard Coffee, quien se decidió a organizar un baile de graduación clandestino, desafiando abiertamente las normas establecidas por las autoridades locales, que creían que este evento era una “herramienta del diablo”.
Este acto de rebeldía llamó la atención de los medios de comunicación al tratarse del primer baile en la ciudad de Elmore en 82 años, y atrajo el interés del guionista Dean Pitchford, quien se inspiró en estos eventos para escribir el guión de "Footloose".
Cuatro décadas de rebeldía
La película, dirigida por Herbert Ross y protagonizada por Kevin Bacon, capturó la esencia de la lucha por la libertad de expresión y la individualidad en un contexto conservador.
El mensaje de "Footloose" resonó con el público y se convirtió en un éxito de taquilla, pero también en un símbolo de la resistencia juvenil y la búsqueda de la identidad en medio de la adversidad.
Cuarenta años después de su estreno, "Footloose" continúa siendo una película icónica que sigue inspirando a generaciones de espectadores con su mensaje de esperanza y determinación ante la adversidad.