Manchester, Inglaterra.- Bernardo Silva y Leroy Sané demostraron por qué el actual rey de la ciudad es el Manchester City, que gracias a sus goles se impuso 2-0 en el clásico frente al Manchester United, venido a menos y despojado de su identidad, en el partido aplazado de la fecha 31.
En Inglaterra el partido se había promocionado como la lucha final por la Premier League, con el Manchester United herido en el orgullo por la goleada de 4-0 que sufrió el fin de semana ante el Everton; mientras que el Manchester City dependía de sí mismo para levantar el título.
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Al Manchester United se le abría la duda de entregarle en bandeja de plata el título al Liverpool, su máximo rival, si vencía al Manchester City, o alejarlo de la gloria si perdía. Sin embargo, esto reduciría sus opciones de alcanzar la Champions League de la próxima temporada e iría en contra del espíritu del club de Old Trafford.
Ole Gunnar Solskjaer, técnico del United, alineó cinco defensores. Y el plan le sirvió para frenar al Manchester City durante todo el primer tiempo.
Pero la contención duró poco tras el descanso. El Manchester City combinó mejor y empezó a ver huecos en la defensiva rival. Cuando Bernard encaró a Luke Shaw y disparó raso, el partido ya estaba en el lado celeste. Poco pudo hacer el portero David de Gea para rechazar el balón, a minuto 54.
Un tiro al poste, por parte de Sergio Agüero, en la siguiente jugada, exhibió que los Red Devils estaban noqueados. Un contragolpe les dio la puntilla, al minuto 66.
Raheem Sterling condujo desde el medio, abrió a Sané, quien entró a descongestionar el encuentro, prácticamente fusiló a De Gea, quien esta vez sí pudo haber hecho más.
El 2-0 terminó por silenciar Old Trafford, plaza en la que Guardiola ha ganado en sus últimos tres compromisos de Liga inglesa.
Los Citizens ya están a tres partidos de revalidar el título.
Aventajan en un punto al Liverpool y sus próximos tres partidos serán ante el Burnley, el Leicester y el Brighton. La Premier League está a tiro para el Manchester City.