Puede parecer que el ajuste vertebral únicamente va a hacer que el dolor de espalda desaparezca. En sí, en la práctica, un ajuste vertebral puede parecer que no tiene una fuerte capacidad de actuación sobre nuestro cuerpo. Esto es debido a varias razones, entre ellas, por ejemplo, que relacionamos el impacto de cualquier técnica que recibimos con el tiempo que dura la misma.
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Lo anterior lo informó el médico quiropráctico Erick Sarabia, mismo que señaló que “Muy lejos de la realidad, tiene un impacto impresionante sobre tu sistema nervioso. Así que, entre otros, uno de los objetivos principales del ajuste es mejorar el funcionamiento de tu sistema nervioso, desvaneciendo las interferencias nerviosas que causan las vértebras subluxadas sobre los nervios que salen de la médula espinal y pasan entre las vértebras”.
Entre las principales preguntas que se plantean están, ¿Qué se utiliza para realizar el ajuste vertebral?. Es un movimiento muy rápido, preciso, indoloro y seguro que el quiropráctico realiza con las manos y con la ayuda de unas camillas especiales (hidráulicas). Estas camillas ayudan a acompañar el cuerpo de la persona que está recibiendo el ajuste, amortiguando el impacto de este sobre su columna. Cada quiropráctico tiende a hacer el ajuste vertebral de la forma en la que se siente más seguro y/o cómodo, aunque la finalidad del ajuste siempre sea la misma, señaló el doctor Sarabia.
Distintas posturas para el ajuste vertebral
Cuando una persona recibe su primer ajuste, en ocasiones, se sorprende de que tenga que estar cambiando continuamente de postura en la camilla. “Esto es normal si tenemos en cuenta que se tiende a relacionar el ajuste con un masaje; pero no es el caso.
El motivo de tener que adoptar varias y diferentes posiciones durante el tiempo que dura viene determinado por las vértebras que tengan que ser ajustadas y de la intensidad del bloqueo de las mismas”. Por ejemplo, dijo, un ajuste en las dorsales (parte media de la espalda) se puede realizar boca abajo (cuando la persona tiene esa zona más relajada) o sentados, normalmente se ajusta en esta posición las dorsales cuando la persona tiene esa parte de la espalda muy rígida, expuso.
“En definitiva, no hay una manera concreta de realizarlo, ni siempre es el mismo ajuste aunque a ojos del paciente así lo parezca. Hay que tener en cuenta el estado de la persona y valorar el estado de su espalda antes de proceder con la técnica más adecuada”, concluyó el médico quiropráctico Erick Sarabia.