México es un país rico en historia y cultura, hogar de algunas de las civilizaciones más avanzadas del mundo antiguo, como los mayas, aztecas y olmecas. A lo largo de los años, se han descubierto numerosos hallazgos arqueológicos que nos han permitido entender mejor estas culturas precolombinas.
Estos descubrimientos no sólo son testimonios de la grandeza de las civilizaciones antiguas de México, sino también una fuente inagotable de conocimiento que sigue fascinando a arqueólogos y al público en general.
A continuación, te compartimos un listado con algunos de los descubrimientos arqueológicos más importantes realizados en México.
Uno de los hallazgos más significativos es la Ciudad de Teotihuacán, situada en el Valle de México. Este sitio, conocido por sus majestuosas pirámides del Sol y de la Luna, fue un importante centro urbano entre el 100 a.C. y el 550 d.C. En Teotihuacán, los arqueólogos han encontrado templos, viviendas y objetos de arte que reflejan la complejidad de la vida en esta metrópoli prehispánica.
Otro descubrimiento crucial es el Gran Juego de Pelota en Chichén Itzá, Yucatán, uno de los más grandes y mejor preservados de Mesoamérica. Este campo, asociado con el ritual del juego de pelota, ha proporcionado información valiosa sobre las prácticas religiosas y políticas de los mayas.
En 1978, se encontró uno de los hallazgos más icónicos en el centro de la Ciudad de México: el disco de la Coyolxauhqui. Este monolito, que representa a la diosa mexica desmembrada, fue clave para identificar el lugar exacto del Templo Mayor, el centro ceremonial más importante del imperio azteca. Este descubrimiento abrió la puerta a una serie de excavaciones que han revelado detalles impresionantes sobre la vida y la religión mexica.
En el sur de México, la Tumba 7 de Monte Albán, en Oaxaca, ha sido otro descubrimiento monumental. Este enterramiento zapoteca, descubierto en 1932, contenía una vasta colección de objetos de oro, jade y turquesa, lo que la convierte en una de las tumbas más ricas halladas en América.
Finalmente, los frescos de Bonampak, en Chiapas, representan una joya invaluable del arte maya. Estos murales, descubiertos en 1946, capturan con detalle escenas de batallas, rituales y la vida cotidiana, proporcionando una visión sin precedentes del mundo maya.