La muerte vestida de colores, con música y aromas transitó porel corredor Reforma-Centro Histórico en el desfile anual de Díade Muertos, en esta ocasión en homenaje a los migrantes que en elpaso a otras tierras ajenas a su origen han perdido la vida.
Un verdadero carnaval de calaveras, catrinas, cráneos y todasesas expresiones culturales y sincréticas que sorprenden aturistas extranjeros y que forman parte de la tradición mexicanase organizó en la Estela de Luz, desde donde iniciaron elrecorrido.
Ante miles de personas recorrieron un tramo de Paseo de laReforma, continuaron por avenida Juárez hasta la calle Madero ydesembocaron en el Zócalo capitalino, donde cerca de dos millonesde espectadores pudieron disfrutar el espectáculo místico ycultural.
El desfile organizado por el Consejo de Promoción Turístico deMéxico y la Secretaría de Cultura inició con el tema de la GranTenochtitlán, donde una parvada de colibríes verdes tornasolinflables, hombres-balsas y arcos escenificaron la mística de lamigración, el tránsito y el último viaje.
Un hombre ataviado como guerrero azteca sobre una pirámide enmedio de una neblina verde, tocando un gran tambor de cuero,anunciaba el gran espectáculo lleno de colorido, música ymística.
Otros pasajes históricos, como la llegada de los exploradoreseuropeos al continente Americano en las tres carabelas, las raícesafricanas y del lejano oriente con dos dragones inflables, unonaranja y otro negro con dorado, eran elevados por los aires.
En medio de mares de gente, tortugas y ballenas inflables degrandes dimensiones, que parecían flotar en medio de losmonumentos históricos, causaron furor y admiración de lospresentes.
La ciudad como refugio y centro diverso fueron dos temascaracterizados por el personaje de Lázaro Cárdenas a bordo de unautomóvil de los años 30, cuando dio refugio a los españoles quehuían de la Guerra Civil Española. Atrás un carro alegóricosimulando un barco en donde calaveras-migrantes saludaban a laconcurrencia.
Así, como calaveras gigantes estuvieron artistas y escritoresque han encontrado refugio en México, como el escritor GabrielGarcía Márquez que por años vivió aquí, el cineasta LuisBuñuel, la pintora Remedios Varo, el poeta León Felipe, entreotros.
El tzompantli o muro formado por cráneos humanos de quienes enla época prehispánica morían en los sacrificios humanos, unxoloitzcuintle y una Frida Kahlo gigantes también emocionaron a lagente.
Expresiones culturales y características de los estadosinvitados, Oaxaca, Aguascalientes, San Luis Potosí y Michoacán,como las mariposas monarcas y el baile de los viejitos, tambiénrecorrieron las calles.
Antes, durante horas, la multitud de capitalinos, visitantesnacionales y extranjeros, esperaron el paso del contingentemulticolor y multicultural, a lo largo del kilómetro que duró elrecorrido y en el que se colocaron vallas de metal para evitaralgún incidente.
Un estimado de cerca de dos millones de espectadores, algunoscon el rostro pintado simulando calaveras, con máscaras o de planoataviados de esqueletos, catrines o catrinas se abría paso parallegar a un punto desde donde poder observar el desfile.
Sin embargo, muchos no pudieron ver más que los inflables apesar de esperar por horas el evento que inició a las 16:00 en laEstela de Luz.
Sin embargo, mil 200 voluntarios y 100 de Catrina Fest a bordode carros alegóricos, empujables y que cargaron inflables,mojigangas, marionetas y catrinas gigantes, cumplieron supropósito de deleitar a los cerca de dos millones de personas quese calcula reunió este evento.
La llovizna que por ratos se dejó caer no desanimó a niños,jóvenes, adultos, adultos mayores, personas con discapacidad queesperaron, algunos desde muy temprano, el paso de los diferentescontingentes para celebrar el Día de Muertos en un desfilecolorido por tercer año consecutivo.