El Día Internacional de la Danza fue instituido por la Unesco en 1982, sugerido inicialmente por el Comité Internacional de la Danza, perteneciente al Instituto Internacional de Teatro (ITI). Desde entonces, cada 29 de abril se homenajea a la disciplina como una corriente artística.
La fecha fue escogida debido a que es el natalicio del coreógrafo y bailarín Jean-Georges Noverre, considerado el maestro y creador de lo que conocemos como ballet moderno.
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El objetivo del Día Internacional de la Danza es reconocer las diversas aportaciones que ha entregado esta disciplina a la sociedad, así como la importancia de fomentar la danza sin importar las barreras culturales y políticas.
Cada año, se comparte un mensaje respecto a este día, el cual es encomendado por el ITI a una personalidad importante de la danza a nivel internacional. El mensaje de este año fue encomendado a la directora del Ballet Nacional de Corea, Sue Jin Kang.
Su mensaje comienza recordando la catástrofe del COVID-19, y la forma en que la tragedia la orilló a replantearse el significado de la danza y de los bailarines.
“En un pasado lejano, la danza era un medio primordial de expresión y comunicación a través de los gestos, convirtiéndose en un arte escénico que conmovía el alma e inspiraba al público”, escribió.
Comparte que debido a la pandemia fue difícil restaurar en su forma original la danza, puesto que los bailarines requieren de estar en constante movimiento y la contingencia representó un claro obstáculo para ellos.
“Aunque la situación está mejorando, los espectáculos de danza siguen estando sujetos a muchas restricciones. Esto nos hace atesorar los preciosos recuerdos de los tiempos en los que la danza y los bailarines brillaban como joyas e iluminaban el mundo, transmitiendo la angustia y la ansiedad humana, la voluntad y la esperanza de vivir”, continúa Sue Jin Kang.
Del mismo modo, señala que es importante recordar que durante una de las diferentes réplicas de la peste negra surgida en la Europa medieval, el 28 de junio de 1841, se estrenó en la Ópera de París el ballet ‘Giselle’, que representa el amor más allá de la muerte, y recibió una respuesta explosiva.
Ésa es mi manera de entender ‘Giselle’, tal y como se demostró desde su primera representación: es el magnífico espíritu de una bailarina que intenta escapar de la gravedad de las penurias que azotan el mundo
Por último, Sue Jin Kang habla del presente, de un público que está sediento de la simpatía y del consuelo de los bailarines tras la ausencia prolongada.
“Como bailarines, creemos que batir nuestras alas da esperanza a los corazones de los que aman el arte de la danza y les da el valor para superar esta pandemia. Mi corazón ya comienza a palpitar"
Sin importar si se trata de un profesional o un aficionado, esta fecha es una buena excusa para unir a todos los géneros para celebrar la manifestación de la danza como un lenguaje en común.