/ domingo 21 de enero de 2024

URGE: EDUCACIÓN SEXUAL

Contemplando un panorama mundial nos podemos dar cuenta del gran desafío que tienen los padres de orientar y educar a los hijos en el tema de la sexualidad, el adolescente tiene información variable, deformada e insuficiente desde las diversas fuentes sea televisión o Internet, canciones y bailes cargados de erotismo, esto lejos de ayudar desinforma y deforma la finalidad y experiencia bella de la sexualidad.

Desde una perspectiva cristiana la educación para todo ser humano es alcanzar la madurez psicológica, afectiva y moral de la persona iniciando a los niños y adolescentes de acuerdo a su edad en una positiva y prudente educación sexual y sobre todo la formación se debe enfatizar en la educación sana para amar a mi semejante tratándolo con respeto y dignidad.

En los padres de familia el amor es el motor que mueve el deseo de formar a los hijos, formarlos en una verdadera libertad que camina con la responsabilidad, con los valores y principios que dan integridad a la persona, como el respeto al prójimo, mirada limpia y transparente, pensamiento y mentalidad sana. El ochenta por ciento del acompañamiento y orientación corresponde a los padres de familia y el sistema escolar solo debe ser un refuerzo en esta formación y esto no puede ser de otra manera porque educar en la sexualidad es educarlo desde los principios y valores de la familia cristiana. Según investigaciones sociales como la investigadora Susan Pick revelan que solo el 20 por ciento de los padres hablan de educación sexual a los hijos y el 80 por ciento restante queda expuesto a una información fácil que se tiene a través de las redes sociales, que lejos de formar deforma o lejos de informar desinforma.

La sexualidad se debe formar desde una disciplina que implica esfuerzo, sacrificio, auto control, debe estar cargada de información clara, directa y actualizada pero es importante que el niño o adolescente lo aprenda poco a poco y de acuerdo a su edad y desde una formación sobre el sentido ético y religioso, sobre el valor y la dignidad de la persona que está frente a ti, siendo este el principal aporte de los padres a los hijos ya que el buen consejo y acompañamiento de un progenitor a su hijo marcara para toda la vida el camino libre y trasparente que debe seguir y contrayendo el aprecio y respeto por el valor del sexo.

Es importante ser consciente hoy en día que la educación sexual no es solo un discurso de los padres a los hijos, sino un acompañamiento personal que no renuncia a los principios morales y religiosos, escuchándolos de manera respetuosa y empática, reconociendo que cada hijo enfrenta sus propios miedos, cada hijo es único e irrepetible y su formación debe ser personalizada y atendida.

Hoy más que nunca es necesario plantear la necesidad de que los adolescentes sean apoyados por sus padres para lograr un desarrollo armonioso pues existen los llamados trastornos sexuales: exhibicionismo (exposición de los propios genitales un extraño que no lo espera), fetichismo, froteurismo (personas que recurren mucho a frotar o rozar a una persona en contra de su voluntad), pedofilia, masoquismo sexual, sadismo sexual, fetichismo transvestista, voyerismo y sobre todo el exceso que cae una adicción a lo sexual o adicción a la pornografía.

Contemplando un panorama mundial nos podemos dar cuenta del gran desafío que tienen los padres de orientar y educar a los hijos en el tema de la sexualidad, el adolescente tiene información variable, deformada e insuficiente desde las diversas fuentes sea televisión o Internet, canciones y bailes cargados de erotismo, esto lejos de ayudar desinforma y deforma la finalidad y experiencia bella de la sexualidad.

Desde una perspectiva cristiana la educación para todo ser humano es alcanzar la madurez psicológica, afectiva y moral de la persona iniciando a los niños y adolescentes de acuerdo a su edad en una positiva y prudente educación sexual y sobre todo la formación se debe enfatizar en la educación sana para amar a mi semejante tratándolo con respeto y dignidad.

En los padres de familia el amor es el motor que mueve el deseo de formar a los hijos, formarlos en una verdadera libertad que camina con la responsabilidad, con los valores y principios que dan integridad a la persona, como el respeto al prójimo, mirada limpia y transparente, pensamiento y mentalidad sana. El ochenta por ciento del acompañamiento y orientación corresponde a los padres de familia y el sistema escolar solo debe ser un refuerzo en esta formación y esto no puede ser de otra manera porque educar en la sexualidad es educarlo desde los principios y valores de la familia cristiana. Según investigaciones sociales como la investigadora Susan Pick revelan que solo el 20 por ciento de los padres hablan de educación sexual a los hijos y el 80 por ciento restante queda expuesto a una información fácil que se tiene a través de las redes sociales, que lejos de formar deforma o lejos de informar desinforma.

La sexualidad se debe formar desde una disciplina que implica esfuerzo, sacrificio, auto control, debe estar cargada de información clara, directa y actualizada pero es importante que el niño o adolescente lo aprenda poco a poco y de acuerdo a su edad y desde una formación sobre el sentido ético y religioso, sobre el valor y la dignidad de la persona que está frente a ti, siendo este el principal aporte de los padres a los hijos ya que el buen consejo y acompañamiento de un progenitor a su hijo marcara para toda la vida el camino libre y trasparente que debe seguir y contrayendo el aprecio y respeto por el valor del sexo.

Es importante ser consciente hoy en día que la educación sexual no es solo un discurso de los padres a los hijos, sino un acompañamiento personal que no renuncia a los principios morales y religiosos, escuchándolos de manera respetuosa y empática, reconociendo que cada hijo enfrenta sus propios miedos, cada hijo es único e irrepetible y su formación debe ser personalizada y atendida.

Hoy más que nunca es necesario plantear la necesidad de que los adolescentes sean apoyados por sus padres para lograr un desarrollo armonioso pues existen los llamados trastornos sexuales: exhibicionismo (exposición de los propios genitales un extraño que no lo espera), fetichismo, froteurismo (personas que recurren mucho a frotar o rozar a una persona en contra de su voluntad), pedofilia, masoquismo sexual, sadismo sexual, fetichismo transvestista, voyerismo y sobre todo el exceso que cae una adicción a lo sexual o adicción a la pornografía.