/ domingo 18 de octubre de 2020

¿Qué viene para México en el PEF 2021?

Parte II


Fue un hecho conocido que en días pasados se vivió una de las votaciones más polémicas durante esta 64 Legislatura, referente a la extinción de 109 de 330 fideicomisos que existen en nuestro país.

Como un trabajo previo de análisis y deliberación se habían celebrado parlamentos abiertos y reuniones de trabajo, en los cuales se analizó su viabilidad técnica, operativa, de transparencia y de saneamiento de las finanzas públicas.

En mi opinión, el proceso de acuerdo y deliberación —construído en conjunto— quedó muy justo en tiempos y llegamos a la discusión del pleno con diferentes visiones del mismo problema, incluso dentro de la mayoría responsable de la 4T, no sólo por la naturaleza de la representación popular que cada quien asumimos, sino porque la construcción requería matizar y acentuar algunos aspectos, dependiendo qué fideicomiso estuviéramos deliberando.

Así, Morena respetó la libertad de cada integrante de la bancada e impulsó las modificaciones y logró su aprobación. En mi caso, voté en contra en lo general y diferencié en lo particular a qué fideicomiso deberíamos defender.

Como se ha declarado, los fideicomisos no desaparecerán en cuanto a recursos, sino solo se reincorporarán de otra forma, a fin de hacer llegar más ágilmente y de forma directa el apoyo a la investigación, protección civil, ciencia, deporte y artes, por mencionar algunos, pero en el Proyecto del Presupuesto de Egresos 2021 se deberá considerar esta reasignación.

Hablo desde la experiencia: Las legisladoras de la Comisión de Igualdad de Género hemos luchado por que esta forma más directa de canalización de los recursos no trastoque, merme o detenga la aplicación correcta de los mismos y hemos entablado los diálogos necesarios para que los refugios especializados para las mujeres víctimas de violencia, sus hijos e hijas, así como los Centros de Atención Externa, entre otros programas, reciban en tiempo y forma sus ministraciones.

Hasta aquí hablamos de programas incluidos en los rubros del anexo 13, referente a las Erogaciones para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, pero debemos tener cautela rumbo a la siguiente discusión presupuestal. Por una parte, debemos aumentar los montos en aquellos rubros que trastocan los fideicomisos extinguidos y debemos aumentar y fortalecer aquellos programas que han demostrado su viabilidad y éxito.

Por ejemplo, en el caso al anexo 13, se encuentran el programa Paimef (Programa de Apoyo a las Instancias de las Mujeres en las Entidades Federativas), aquellos sobre la prevención del embarazo adolescente, por la salud sexual y reproductiva de mujeres, los Centros de Justicia para Mujeres y la atención al cáncer de mama y cérvico uterino, entre otros.

Sobre todo, es importante que cumplamos la progresividad de los derechos de las mujeres, considerando este contexto de pandemia. Aprovechemos estos cambios en lo estructural para dar paso a un ejercicio transparente, donde se pueda hacer efectiva la fiscalización de dichos recursos, reportando evidencias que se cumplen bajo el fin de la partida presupuestal a la que fueron asignados.

Busquemos a la vez que los gobiernos municipales y estatales asuman —como parte del desarrollo de sus entidades y territorios— las artes, la ciencia y el deporte desde abajo y con la gente.

Que a nadie escandalice la deliberación, el debate álgido o la diferencia de opinión, siempre y cuando las razones y fundamentos imperen sobre los apasionamientos; eso es el trabajo parlamentario.

Seamos escuchas conscientes de lo que el pueblo dice y sigamos trabajando fuertemente por un mejor país.





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Fue un hecho conocido que en días pasados se vivió una de las votaciones más polémicas durante esta 64 Legislatura, referente a la extinción de 109 de 330 fideicomisos que existen en nuestro país.

Como un trabajo previo de análisis y deliberación se habían celebrado parlamentos abiertos y reuniones de trabajo, en los cuales se analizó su viabilidad técnica, operativa, de transparencia y de saneamiento de las finanzas públicas.

En mi opinión, el proceso de acuerdo y deliberación —construído en conjunto— quedó muy justo en tiempos y llegamos a la discusión del pleno con diferentes visiones del mismo problema, incluso dentro de la mayoría responsable de la 4T, no sólo por la naturaleza de la representación popular que cada quien asumimos, sino porque la construcción requería matizar y acentuar algunos aspectos, dependiendo qué fideicomiso estuviéramos deliberando.

Así, Morena respetó la libertad de cada integrante de la bancada e impulsó las modificaciones y logró su aprobación. En mi caso, voté en contra en lo general y diferencié en lo particular a qué fideicomiso deberíamos defender.

Como se ha declarado, los fideicomisos no desaparecerán en cuanto a recursos, sino solo se reincorporarán de otra forma, a fin de hacer llegar más ágilmente y de forma directa el apoyo a la investigación, protección civil, ciencia, deporte y artes, por mencionar algunos, pero en el Proyecto del Presupuesto de Egresos 2021 se deberá considerar esta reasignación.

Hablo desde la experiencia: Las legisladoras de la Comisión de Igualdad de Género hemos luchado por que esta forma más directa de canalización de los recursos no trastoque, merme o detenga la aplicación correcta de los mismos y hemos entablado los diálogos necesarios para que los refugios especializados para las mujeres víctimas de violencia, sus hijos e hijas, así como los Centros de Atención Externa, entre otros programas, reciban en tiempo y forma sus ministraciones.

Hasta aquí hablamos de programas incluidos en los rubros del anexo 13, referente a las Erogaciones para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, pero debemos tener cautela rumbo a la siguiente discusión presupuestal. Por una parte, debemos aumentar los montos en aquellos rubros que trastocan los fideicomisos extinguidos y debemos aumentar y fortalecer aquellos programas que han demostrado su viabilidad y éxito.

Por ejemplo, en el caso al anexo 13, se encuentran el programa Paimef (Programa de Apoyo a las Instancias de las Mujeres en las Entidades Federativas), aquellos sobre la prevención del embarazo adolescente, por la salud sexual y reproductiva de mujeres, los Centros de Justicia para Mujeres y la atención al cáncer de mama y cérvico uterino, entre otros.

Sobre todo, es importante que cumplamos la progresividad de los derechos de las mujeres, considerando este contexto de pandemia. Aprovechemos estos cambios en lo estructural para dar paso a un ejercicio transparente, donde se pueda hacer efectiva la fiscalización de dichos recursos, reportando evidencias que se cumplen bajo el fin de la partida presupuestal a la que fueron asignados.

Busquemos a la vez que los gobiernos municipales y estatales asuman —como parte del desarrollo de sus entidades y territorios— las artes, la ciencia y el deporte desde abajo y con la gente.

Que a nadie escandalice la deliberación, el debate álgido o la diferencia de opinión, siempre y cuando las razones y fundamentos imperen sobre los apasionamientos; eso es el trabajo parlamentario.

Seamos escuchas conscientes de lo que el pueblo dice y sigamos trabajando fuertemente por un mejor país.





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