Según algunas definiciones la envidia es un sentimiento o estado mental en el cual existe dolor o desdicha por no poseer uno lo que tiene el otro, sea en bienes, cualidades superiores u otra clase de cosas tangibles e intangibles.
Bertrand Russell dijo que la envidia era una de las causas más potentes de la infelicidad, según la teología católica romana la envidia es un pecado capital y no podía faltar el dicho popular que dice “la envidia es como comer veneno y esperar que el otro muera”.
La envidia en general es por demás negativa en cualquier ámbito, pero en lo laboral es un veneno silencioso, es un sentimiento humano destructivo y puede tener un impacto significativo y negativo en los resultados generales de la empresa, gobierno o comunidad, sobre todo cuando estas personas toman las críticas de clientes y/o ciudadanos como ataques a su persona.
Cuando un individuo envidioso se siente amenazado por el éxito de un colega muy probablemente empezará a propagar mentiras, chismes y rumores para minar la reputación del otro, esto además de generar un ambiente tóxico y poco profesional también afecta la moral de todos, así como la eficacia del trabajo.
A nivel personal la envidia puede tener un impacto emocional y psicológico en quien la experimenta, puede también hacerlos sentir inferiores, inseguros y con baja autoestima lo que puede desencadenar una obsesión y comportamientos erráticos y hasta criminales en su afán enfermizo de sobresalir por encima de quien sea el objeto de tan ferviente y negativo sentimiento.
El impacto en la víctima depende de su capacidad emocional e intelectual ya que deberá poder diferenciar entre la realidad y lo que son meramente actos infundados y producto de una mente enferma. Sin embargo, no debe de ignorarse dicha problemática pues puede trascender y afectar en la vida personal y profesional.
Dadas las debidas proporciones considero importante no permitir que las retóricas en contra queden en el aire, apostándole a “no caer en el juego sucio” pues en estos tiempos de redes sociales hay individuos muy ingenuos e influenciables y quienes generan rumores sin duda le apuestan a la teoría de Goebbels jefe de propaganda Nazi que decía “una mentira que se repite mil veces puede convertirse en verdad”.
Sin duda las garantías para que en el ámbito de trabajo gente negativa y tóxica sea censurada o removida corresponde directamente al jefe o líder, y hacer caso omiso refleja una falta de visión para comprender que las situaciones conflictivas generadas por empleados con conductas primarias reflejan invariablemente su falta de capacidad para proporcionar un ambiente adecuado, digno y sobretodo profesional, además de una falta de carácter que sin duda mina la percepción sobre su liderazgo.
Según la mitología el pecado capital de la envidia está representada por el demonio Leviatán y está ligada al sentimiento de tristeza y rencor frente a los bienes y la buena suerte de los demás, de manera que piensa que su excelencia propia es poca o inexistente.
Sin duda es un arte el saber gestionar sentimientos negativos como la envidia, cabe señalar que probablemente el individuo envidioso tenga talentos y capacidades propias únicas y dignas de reconocer, pero su actitud tóxica genera más bien rechazo generalizado y a veces es la propia familia o círculo cercano de amigos quienes en lugar de ayudar terminan haciendo más daño a la persona al secundar sus actos de odio sin sentido, por estas razones en una persona no tratada la envidia enfermiza se convierte en un trastorno mental, en el cual la persona confunde con ser ella misma el objeto de envidia de parte de todos los demás, como si viviera de una realidad alterna.